✔️ ¿Puedo ser Amigo de mi Psicólogo?

¿Puedo Ser Amigo de Mi Psicólogo? Entendiendo los Límites en la Relación Terapéutica

Cuando se establece una conexión terapéutica entre un terapeuta y un paciente, es común que surjan dudas acerca de la naturaleza de esta relación. Una de las preguntas más frecuentes es: ¿puedo ser amigo de mi psicólogo? Esta inquietud puede intensificarse especialmente cuando se desarrolla un vínculo significativo durante el proceso terapéutico. Sin embargo, es crucial comprender los límites y normas éticas que rigen estas relaciones.

La Importancia de los Límites en la Consulta de un Psicólogo

El establecimiento de límites claros por parte del psicólogo es esencial para mantener la efectividad de la terapia. Estos límites no solo protegen la integridad del proceso terapéutico, sino que también salvaguardan el bienestar emocional del paciente. En la relación terapéutica, el psicólogo debe mantener una postura profesional y objetiva, lo que puede ser percibido por el paciente como una actitud fría o distante. Sin embargo, esta distancia es necesaria para un tratamiento efectivo y ético.

Transferencia y Contratransferencia

Con todo esto, se puede pensar que el único resquicio de poder tener una amistad entre psicólogo y paciente es después de terminar la terapia, pero esto tampoco es lo aconsejable, pues toda terapia tiene unos efectos positivos a corto y a largo plazo, siendo los efectos a largo plazo los más importantes y notables. Estos efectos a largo plazo se basan en el resurgir de los recuerdos o en la activación de las herramientas psicológicas sembradas previamente en el contexto terapéutico. Esto nos da una pista clave para pensar que tener una amistad a posteriori también puede ser contraproducente.

En la psicoterapia, sobre todo en el psicoanálisis, debemos tener en cuenta la transferencia y la contratransferencia.

La transferencia es el modo en el que las ideas y sentimientos acerca de vínculos con personas con las que nos hemos relacionado antes son proyectados hacia el terapeuta. Esta transferencia crea un efecto inevitable en el terapeuta que debe saber manejar pues, inevitablemente, creará una contratransferencia hacia su paciente.

La contratransferencia son los sentimientos e ideas que el propio analista proyecta, de manera inconsciente, sobre los pacientes a partir de sus experiencias pasadas. La contratransferencia es el modo en el que el psicoanalista reacciona ante las transferencias del paciente.

Otro motivo más para no caer en la tentación de sobrepasar los límites establecidos y entablar una amistad es que en la psicoterapia existen momentos donde el terapeuta debe de confrontar a su paciente con algún tema desagradable, pudiendo incluso llegar a crear momentos de gran tensión. Estos momentos de la terapia requieren un gran esfuerzo atencional por parte del terapeuta, y puede ser muy difícil, por no decir imposible, conducirlos de manera eficaz si existen unos límites desdibujados y confusos en la relación terapéutica.

¿Cómo se Llama la Conexión entre Psicólogo y Paciente?

La conexión entre un psicólogo y un paciente se denomina relación terapéutica. Es una relación profesional única, caracterizada por la confidencialidad, el respeto y el compromiso con el bienestar del paciente. Esta relación difiere fundamentalmente de una amistad, ya que está centrada en las necesidades del paciente y guiada por principios éticos y deontológicos.

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¿Es Posible una Amistad Post-Terapia?

Incluso después de concluir la terapia, mantener una amistad con un ex-paciente puede ser problemático. Los efectos a largo plazo de la terapia, como el resurgir de recuerdos o la activación de herramientas psicológicas, pueden verse afectados por una relación cambiante. Además, una amistad podría reactivar o confundir los procesos de transferencia y contratransferencia, lo que podría ser contraproducente para el paciente.

Límites y Desafíos en la Relación Terapéutica

Los momentos difíciles en terapia, donde se requiere confrontación o se abordan temas delicados, demandan una atención especial por parte del terapeuta. Estos momentos pueden ser extremadamente difíciles de manejar si la relación terapeuta-paciente se ve empañada por la ambigüedad de una amistad.

Conclusión

Si alguna vez invitas a tu psicólogo a tomar un café y te rechaza, no es que no le importes. Al contrario, tu terapeuta está mostrando su compromiso con tu cuidado y manteniendo la integridad del proceso terapéutico. Los límites en la terapia son esenciales para proteger tanto al paciente como al profesional, y son cruciales para la efectividad y la ética del tratamiento.

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Referencias Bibliográficas

  1. Freud, S. (1912). «Dinámica de la transferencia». Obras Completas, Volumen 12.
  2. Yalom, I. D. (2002). «Psicoterapia existencial y terapia de grupo». Herder Editorial.
  3. Kottler, J. A. (2017). «On Being a Therapist». Oxford University Press.
  4. American Psychological Association (APA). (2017). «Código Ético y Deontológico del Psicólogo».

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