✔️Descubre la TERAPIA de ACEPTACIÓN y COMPROMISO: La clave para superar la ANSIEDAD y VIVIR plenamente

¿Alguna vez te has sentido atrapado en un ciclo interminable de pensamientos negativos y emociones abrumadoras? ¿Has luchado por encontrar una manera de lidiar con el estrés y la ansiedad en tu vida diaria? Si es así, entonces la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) puede ser justo lo que necesitas. En este Blog, vamos a conocer qué es la terapia de aceptación y compromiso y cómo puede ayudarnos. 

La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) es un enfoque terapéutico que nos invita a aceptar nuestras emociones y pensamientos en lugar de luchar contra ellos. Esta forma de terapia se enfoca en el diálogo y el contexto funcional, y busca la aceptación y la actitud no enjuiciadora como manera de encontrar el bienestar.

En este Blog, exploraremos los principios fundamentales de la ACT, así como su funcionamiento y objetivos como forma de intervención psicológica. Pero antes de profundizar en los detalles de la ACT, es importante conocer las diferencias entre las terapias de primera, segunda y tercera generación.

Las terapias de primera generación surgieron en los años 60 con el objetivo de superar las limitaciones de la terapia psicoanalítica, dominante en esa época. Se basan en los principios del condicionamiento y el aprendizaje y se utilizan para tratar, por ejemplo, miedos o fobias.

Las terapias de segunda generación, como la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis o la Terapia Cognitiva de Aaron Beck, surgieron en los años 70 y consideran el pensamiento o la cognición como causa principal de la conducta humana y, por tanto, de los trastornos psicológicos.

Las terapias de tercera generación, por otro lado, surgieron en los años 90 y se diferencian de las anteriores porque enfocan los trastornos desde una perspectiva contextualista y funcional, y su principal objetivo no es reducir los síntomas que presenta el paciente, sino educarle y reorientar su vida de una manera más holística. La ACT es una de las terapias de tercera generación más conocidas y utilizadas en la actualidad.

ACT se presenta como una alternativa a la psicología tradicional y está respaldada científicamente. Utiliza técnicas como paradojas, ejercicios experimentales, metáforas, trabajo con valores personales e incluso el entrenamiento mindfulness. Se basa en la Teoría del Marco Relacional, por lo que se encuadra en una nueva teoría del lenguaje y la cognición.

ACT tiene como objetivo el crear una vida rica y significativa para el paciente, aceptando el dolor que inevitablemente viene con ella. Es una muestra de que la intervención psicológica no tiene por qué centrarse en mitigar o eliminar los síntomas; es también útil ofrecer herramientas para que el paciente sea capaz de convivir con el malestar y no obsesionarse con tener el control de todo lo que experimenta.

 

Cómo funciona la Terapia de Aceptación y Compromiso

La Terapia de Aceptación y Compromiso se centra en la aceptación de las emociones, pensamientos y sensaciones corporales y en el compromiso con los valores personales para, de este modo, ser capaces de vivir una vida significativa. Se busca que el paciente aprenda a estar en el momento presente y no en la lucha constante contra lo que le causa malestar. De esta forma, se reducen los síntomas y se fomenta la capacidad de adaptación ante situaciones de estrés.

En la ACT, el terapeuta no intenta cambiar los pensamientos del paciente, sino ayudarlo a aceptar su experiencia. La idea es que el paciente aprenda a dejar de lado sus pensamientos negativos y se concentre en las acciones que se alinean con sus valores personales. En lugar de centrarse en lo que no puede controlar, la persona aprende a enfocarse en lo que sí puede controlar, es decir, su propia conducta.

Es importante tener en cuenta que la Terapia de Aceptación y Compromiso no es una terapia para todo el mundo. Algunas personas pueden necesitar una terapia más intensiva y focalizada en la resolución de problemas, mientras que otras pueden beneficiarse más de la Terapia Cognitivo-Conductual. Sin embargo, para muchas personas, la ACT puede ser una herramienta muy útil para hacer frente a los desafíos de la vida.

 

Los objetivos de la Terapia de Aceptación y Compromiso

Los objetivos de la Terapia de Aceptación y Compromiso son múltiples y variados. El objetivo principal de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) es fomentar la flexibilidad psicológica en las personas. La flexibilidad psicológica se refiere a la capacidad de adaptarse y responder de manera efectiva a las diferentes situaciones de la vida, en lugar de quedarse atrapado en patrones de pensamiento y comportamiento inadaptativos.

La ACT se centra en ayudar a las personas a desarrollar la habilidad de aceptar los pensamientos y emociones negativas, y aprender a vivir en el presente de manera consciente y comprometida, actuando de acuerdo con sus valores personales. El objetivo no es eliminar el dolor o la incomodidad emocional, sino aprender a lidiar con ellos de manera efectiva.

En la ACT, se busca ayudar a las personas a tomar conciencia de cómo sus intentos de evitar el dolor emocional y los pensamientos negativos pueden, en realidad, reforzar estos mismos problemas. En lugar de evitar o controlar estos sentimientos, la ACT propone que las personas los acepten, los observen y aprendan a vivir en armonía con ellos.

La flexibilidad psicológica, por tanto, no solo ayuda a las personas a lidiar con situaciones difíciles, sino que también les permite tomar decisiones más conscientes y alineadas con sus valores personales, lo que puede llevar a una mayor satisfacción y bienestar en la vida. En resumen, el objetivo de la ACT es cultivar la flexibilidad psicológica, lo que puede ser de gran ayuda en la resolución de problemas emocionales y psicológicos.

Ahora vamos a ver alguno de los principios de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), nos ayudará a entender su aplicación en el proceso terapéutico.

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Aceptación

La aceptación no significa resignación, sino aceptar la realidad tal y como es. Es un proceso de reconocimiento y aprobación de nuestras experiencias emocionales, pensamientos y sentimientos, incluso cuando son incómodos o dolorosos. La aceptación implica tratarnos con cariño y compasión a pesar de no ser perfectos, y dejar de luchar contra nuestros eventos privados o huir de ellos.

La aceptación es una forma de liberarnos de la lucha constante contra nuestras experiencias internas y nos permite desactivar la ansiedad y el malestar que se produce al tratar de evitar o suprimir estos eventos privados. Al aceptar nuestra situación presente, muchos de los aspectos de nuestra vida que percibimos como problemas dejan de serlo, disminuyendo así el nivel de ansiedad y los factores de malestar asociados a este.

 

Defusión cognitiva

La defusión cognitiva se refiere a la capacidad de observar nuestros pensamientos y cogniciones como lo que son: trozos de lenguaje, palabras, imágenes, etc. En lugar de tomarlos como verdades absolutas o reacciones inmediatas, se trata de observarlos y dejarlos ir sin juzgarlos.

De este modo se adopta una visión distanciada y más racional de las cosas, lo que nos permite comprender que nuestros pensamientos no tienen por qué ser una representación precisa de la realidad. Esta habilidad nos ayuda a desvincularnos de pensamientos disfuncionales y centrarnos en nuestros valores y objetivos a largo plazo. Existen muchas técnicas y metáforas que nos ayudan a defusionar de nuestros contenidos más difíciles. 

 

Experiencia presente

La experiencia presente es el único momento que podemos vivir. El estar en el aquí y el ahora con una mentalidad abierta y la conciencia plena, participando totalmente con la atención debida a lo que está ocurriendo en nosotros y nuestro alrededor es la clave de nuestro bienestar.

La conciencia plena o mindfulness nos permite estar atentos a lo que está sucediendo en nuestro cuerpo, mente y entorno, sin juzgarlo ni tratar de cambiarlo. Al estar presentes en el momento, podemos tomar decisiones conscientes y más eficaces, y evitar que los pensamientos, emociones y experiencias del pasado o el futuro nos distraigan.

 

El “Yo observador”

El “Yo observador” es una habilidad que nos permite desprendernos del yo conceptualizado, es decir, del apego hacia nuestras propias narraciones. Desde la perspectiva del yo como observador vemos las cosas desde un punto de vista no enjuiciador, sin identificarnos con nuestros pensamientos o emociones.

Al aprender a separarnos de nuestros pensamientos, podemos comprender que estos no son verdades absolutas y que no definen nuestra identidad. Esta habilidad nos ayuda a desarrollar una mayor flexibilidad cognitiva y emocional, y a evitar la rigidez cognitiva y emocional que a menudo nos mantiene atascados en patrones disfuncionales.

 

Esclarecer valores personales

El quinto principio de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) es la claridad de valores. Se refiere a la necesidad de definir y clarificar nuestros valores personales, es decir, las cosas que son importantes para nosotros y que dan sentido y significado a nuestra vida. La claridad de valores es una parte esencial de la terapia ACT, ya que se considera que es la base sobre la que se construye una vida significativa y satisfactoria.

Para alcanzar una claridad de valores, la terapia ACT utiliza diversas técnicas. Una de las más comunes es la «exploración guiada de valores». En esta técnica, el terapeuta ayuda al paciente a identificar los valores que son importantes para él o ella. A menudo, esto implica hacer preguntas abiertas, como «¿Qué te importa realmente en la vida?» o «¿Qué te gustaría que la gente dijera sobre ti después de que te hayas ido?». El terapeuta también puede hacer que el paciente haga una lista de los valores que son importantes para él o ella, y luego clasificarlos en función de su importancia relativa.

Una vez que se han identificado los valores personales, el siguiente paso es aprender a vivir de acuerdo con ellos. Esto puede implicar hacer cambios en la vida del paciente para asegurarse de que sus acciones y decisiones estén alineadas con sus valores. Por ejemplo, si el paciente valora la honestidad, puede trabajar para ser más honesto en su vida diaria. Si el paciente valora la familia, puede hacer un esfuerzo por pasar más tiempo con sus seres queridos.

La claridad de valores es importante en la terapia ACT porque se considera que los valores personales son una fuente clave de motivación y dirección en la vida. Cuando una persona está viviendo de acuerdo con sus valores, se siente más conectada con su vida y más satisfecha. Por otro lado, cuando una persona está alejada de sus valores, puede sentirse perdida o insatisfecha, incluso si tiene éxito en otros aspectos de su vida.

En resumen, la claridad de valores es una parte esencial de la Terapia de Aceptación y Compromiso. Esta técnica ayuda a las personas a identificar y vivir de acuerdo con los valores que son importantes para ellas, lo que puede conducir a una vida más significativa y satisfactoria.

Espero que hayan disfrutado de esta información sobre la terapia de aceptación y compromiso. Si estás interesado en profundizar en este tema, te recomiendo nuestro curso en Udemy sobre ACT. En este curso, aprenderás de manera práctica cómo aplicar estas herramientas en tu día a día para mejorar tu bienestar emocional y vivir de acuerdo a tus valores personales.

Y hasta aquí este blog, si te has quedado con ganas de más, te recomendamos ver el vídeo de este Blog que publicamos en YouTube 🙂

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