Sientes un vacío difícil de explicar, incluso cuando todo parece estar bien en tu vida. Te has preguntas por qué, a pesar de tener salud, estabilidad o incluso éxito, aparece un cansancio vital que no se va. Hoy exploramos un fenómeno poco conocido, pero clave para entender este malestar: la neurosis noógena.
¿Qué es la neurosis noógena?
La neurosis noógena es un concepto creado por el psiquiatra vienés Viktor Frankl, fundador de la logoterapia. A diferencia de otras neurosis que tienen su origen en conflictos inconscientes o traumas psicológicos, la neurosis noógena surge de algo muy distinto: la pérdida de sentido de la vida.
Frankl defendía que la principal motivación humana no es el placer ni el poder, sino la voluntad de sentido. Cuando una persona no consigue responder a la pregunta «¿para qué vivo?», puede desarrollar síntomas emocionales como apatía, vacío existencial, ansiedad e incluso depresión. Esta situación se agrava cuando no se logra conectar con un propósito vital auténtico.
Viktor Frankl y la voluntad de sentido
Para Viktor Frankl, la salud mental depende de tener una dirección existencial. Él mismo vivió esta experiencia en los campos de concentración nazis, donde observó que aquellos que conservaban un motivo para vivir resistían mejor las adversidades.
Frankl propuso que el ser humano es tridimensional: cuerpo, psique y espíritu. Es precisamente la dimensión espiritual la que permite trascender el sufrimiento y conectar con un propósito más allá de las circunstancias. La voluntad de sentido es entonces un motor esencial, capaz de fortalecer a la persona frente a cualquier adversidad.
¿Qué es el vacío existencial?
La neurosis noógena se manifiesta principalmente a través del vacío existencial, una sensación de falta de propósito, aburrimiento crónico y desconexión interna. Este fenómeno se ha incrementado en la sociedad moderna, donde el confort material no siempre se traduce en bienestar psicológico. Más aún, parece haber en todo ser humano un «lugar interior» que sólo puede llenarse mediante la trascendencia espiritual, un espacio que reclama un sentido más elevado para la existencia.
Cuando ese espacio se intenta llenar exclusivamente con elementos del plano material —como posesiones, logros externos o placeres inmediatos—, las personas pueden experimentar una satisfacción superficial, pero a largo plazo es frecuente la aparición de un malestar más profundo. La consecuencia habitual es la sensación de vacío interior: la vida se percibe como carente de sentido, y las gratificaciones pasajeras no logran evitar que emerjan síntomas psicológicos.
Entre sus manifestaciones más comunes se encuentran:
Apatía y desmotivación
Sensación constante de vacío o aburrimiento
Ansiedad generalizada sin causa aparente
Depresión sin una razón clara
Adicciones o conductas compulsivas para intentar tapar el vacío
Desesperanza existencial
Este tipo de malestar es característico de la neurosis noógena y se observa especialmente en personas que, pese a tener «todo» desde un punto de vista externo, perciben que su existencia carece de un propósito auténtico. La desconexión con la dimensión espiritual y la falta de trascendencia acaban generando un profundo malestar existencial.
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La dimensión espiritual y la importancia de la trascendencia
Uno de los grandes aportes de Frankl fue rescatar e integrar la dimensión espiritual dentro de la psicoterapia, entendida no como una cuestión religiosa, sino como la capacidad humana de buscar sentido, trascenderse a sí mismo y orientarse hacia valores superiores. Según Frankl, esta dimensión espiritual constituye la parte más elevada del ser humano, aquella que le permite mantener su dignidad incluso en las circunstancias más adversas.
Para superar el vacío existencial y combatir la neurosis noógena, Frankl identificó tres grandes vías para encontrar sentido en la vida:
Valores de creación: a través de las obras y acciones que aportamos al mundo, ya sea mediante nuestro trabajo, la creación artística o cualquier contribución significativa a los demás.
Valores de experiencia: mediante la conexión directa con lo valioso, ya sea disfrutando del amor, apreciando la belleza del arte, conectando con la naturaleza o simplemente contemplando lo que nos rodea.
Valores de actitud: adoptando una postura valiente y digna frente a situaciones que no podemos cambiar, como el sufrimiento inevitable o las pérdidas.
Frankl afirmaba que cuando una persona logra descubrir y alinearse con alguno de estos valores, no solo encuentra un propósito más allá de sí misma, sino que experimenta una mejora profunda en su salud mental, redescubriendo motivación, resiliencia y sentido de dirección en su vida.
¿Qué pasa cuando no encuentras sentido a tu existencia?
Las consecuencias de no encontrar sentido son graves y pueden derivar en problemas de salud mental. La neurosis noógena puede generar desde malestares leves hasta cuadros severos de depresión, ansiedad, crisis de identidad o incluso ideación suicida.
Esta condición no responde bien a tratamientos convencionales que solo abordan los síntomas. Según Frankl, la verdadera recuperación pasa por descubrir un sentido personal, único e intransferible. Sin un «para qué», el ser humano puede caer en desesperanza, pero con un propósito claro, es capaz de superar enormes dificultades.
Perspectivas de otros autores y críticas al concepto de neurosis noógena
Muchos autores han coincidido con Frankl en señalar el peligro de la pérdida de sentido. Por ejemplo, Irvin Yalom identificó la falta de sentido como una preocupación existencial central. Rollo May también abordó el vacío interior como un reto clínico.
Sin embargo, la logoterapia ha recibido críticas. Algunos psicólogos consideran que centrarse en el sentido puede resultar superficial si no se trabajan los traumas previos. Otros, como Yalom, han cuestionado la posible carga espiritual del modelo de Frankl.
A pesar de ello, la evidencia muestra que quienes logran identificar un propósito en su vida experimentan mayor bienestar, resiliencia y reducción de síntomas psicológicos.
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Referencias
Frankl, V. E. (2004). El hombre en busca de sentido. Herder.
Yalom, I. D. (2000). Psicoterapia existencial. Herder.
May, R. (2003). El descubrimiento del ser: Psicología existencial. Ediciones Kairós.