✔️ Cerebro de Embarazada · Cambios Cerebrales Durante el Embarazo y la Maternidad

El cerebro y sus cambios a lo largo del ciclo vital del individuo se ha convertido en objeto de estudio de multitud de investigaciones, sobre todo desde el desarrollo de las técnicas de neuroimagen. 

Hoy vamos a hablar de los cambios cerebrales que se producen en el cerebro en un momento muy importante de la vida de una mujer.

En 2016 un artículo publicado en la revista científica Nature Neurosciences demostró que la maternidad provoca alteraciones duraderas en la estructura del cerebro. Es decir, no es solo que durante una temporada funciones de manera diferente, sino que tu cerebro cambia físicamente, y estos cambios se mantienen en el tiempo provocando muchas de las conductas maternas que se observan. En este 2020 tenemos otra investigación que arroja más luz en esta línea, una investigación  liderada por Susana Carmona, investigadora del Servicio de Medicina Experimental del Hospital Gregorio Marañón y del Ciber de Salud Mental (Cibersam), que cuenta con la participación de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Las mujeres que han sido madres saben bien el estado especial en el que se encuentran durante y después del embarazo. Un síntoma característico son los despistes  en los primeros meses de cuidados de los bebés, pareciera que la mujer en ese estado centra su atención en lo biológicamente importante dejando de lado lo demás. Se vio por la pérdida de materia gris en el cerebro de las embarazadas, recordemos que la sustancia gris cerebral corresponde a aquellas zonas del sistema nervioso central de color grisáceo integradas principalmente por somas neuronales y que la sustancia blanca se encuentra en los tejidos más profundos del cerebro (subcorticales). Contiene fibras nerviosas (axones), las cuales son extensiones de las células nerviosas (neuronas). Esto que puede parecer paradójico, es lógico, pues una pérdida de sustancia gris cerebral como se vio en el estudio de 2016, nos estaría indicando una selección de funciones que especializarían al cerebro en unas funciones en detrimento de otras por lo que en el estudio de 2016 no se vieron cambios en la memoria ni en otras funciones intelectuales, esto hace pensar que estos cambios cerebrales optimizan funciones como la empatía y ayudarían a que la madre sea más eficaz en inferir las necesidades de su bebé. De hecho, se ha observado que la maternidad incrementa ciertas formas de cognición, mejora la resistencia al estrés y agudiza algunos tipos de memoria.

Entre los cambios que se observan durante el embarazo se encuentran los hormonales del primer trimestre donde tienen protagonismo la Progesterona, la oxitocina y los estrógenos,  los cuales van formando la estructura donde se asentará el feto a lo largo del embarazo y preparando a la madre para una crianza eficaz. La oxitocina no solo estará presente en las contracciones del parto si no que  además será la encargada de generar un fuerte vínculo con el bebé. Por otro lado los altos niveles de estrógenos producirán los estados de ánimo tan presentes en el embarazo como son el llanto, la rabia o la alegría y la progesterona,  hormona sexual que segrega el ovario femenino y la placenta, y que tiene la función de preparar el útero para la recepción del huevo fecundado producirá las sensaciones de sueño y fatiga

El último trimestre quizás sea el más intenso pues los niveles de oxitocina aumentan como para asegurarse de crear un vínculo más fuerte con el bebé que va a nacer aparte de que se necesitará para las contracciones del parto. Esto producirá una mayor  percepción interoceptiva en la mujer embarazada, haciendo que detecte con mayor facilidad cualquier dolor o sensación que indique que está ocurriendo alguna enfermedad. Por otro lado se agudizan muchos sentidos, el más notorio de todos ellos es el olfato. Y es que parecen capaces de olerlo todo, en muchas ocasiones estos olores que ellas notan y otros no, les parecen molestos y hasta repugnantes. En experimentos con ratas se ha visto algo que también se ha visto en experimentaciones con humanos y es que  se producen nuevas neuronas en el sistema olfativo a gran velocidad. De hecho, el olor de las crías molesta a las ratas vírgenes, pero resulta atractivo para las ratas preñadas. algo parecido se ha podido observar en madres humanas, que tienden a catalogar como más agradables los olores de sus hijos, frente a mujeres que no han sido madres.

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¿Y que ha demostrado este último estudio liderado por la investigadora Susana Carmona?

Este nuevo estudio ha determinado que el embarazo modifica el sistema cerebral del placer y refuerzo en la madre, un sistema básico para la conducta maternal en el reino animal, ya que permite que se sienta atraída por los estímulos procedentes de la cría e inicie una serie de conductas dirigidas a promover su supervivencia.

“Hasta la fecha se desconocía si en humanos el embarazo modificaba la anatomía o la función del sistema instintivo y primitivo del cerebro encargado de la motivación, el refuerzo y el placer. En otros mamíferos placentarios, este sistema se ha relacionado con la cuidado maternal. Por ejemplo, las ratas con lesiones en esta área no muestran ciertos aspectos de la conducta maternal, como recoger a sus crías y agruparlas en el nido»

Se ha demostrado que los cambios en este circuito del placer llamado circuito neuronal de recompensa, hacen que el bebé se convierta en el estímulo más relevante, llamativo y placentero para la madre, que como consecuencia modificará su conducta para estar en contacto constante con él, cuidarlo y protegerlo. El famoso Psicólogo Urie Bronfenbrenner, decía que para el correcto desarrollo del bebé, alguien tiene que enamorarse de él. Los resultados de este estudio ofrecen la base neurológica de este “enamoramiento” instintivo que siente la madre hacia su bebé.

En este estudio se encontraron disminuciones volumétricas en el núcleo accumbens, parte importantísima del circuito neuronal de recompensa, lugar que disminuye en las mujeres tras su primer embarazo. Pasando que   cuanto más disminuye el volumen de esta estructura, más se activa esta área en el cerebro de la madre al ver estímulos relacionados con su bebé. Estos datos nos indican que en humanos la conducta maternal  no difiere en cuanto a sistemas básicos e instintivos que compartimos con otros mamíferos más basales como por ejemplo los roedores.

Todos estos resultados abren la posibilidad a nuevas investigaciones que aporten más luz sobre muchas patologías post parto. Entender por lo tanto como cambia el cerebro durante este periodo tan crítico podría prevenir muchas de estas patologías. 

Y hasta aquí este blog, si te has quedado con ganas de más, te recomendamos ver el vídeo de este Blog que publicamos en YouTube 🙂

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