¿El amor es una droga?

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Cuando nos enamoramos, es común escuchar frases como “siento mariposas en el estómago” o “no puedo vivir sin mi pareja”. Estas expresiones se asemejan a las de un adicto hablando de su droga. En este artículo, exploraremos si el amor es una droga desde una perspectiva psicológica y neurobiológica.

Primer contacto con la droga vs. Enamoramiento

Cuando nos enamoramos por primera vez, nuestras emociones positivas se intensifican debido a la liberación de hormonas y neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la oxitocina. Estas sustancias generan sensaciones de euforia, seguridad y confianza. La dopamina, en particular, juega un papel crucial en los circuitos neuronales de recompensa, vinculándose estrechamente con el placer.

El núcleo accumbens, una región clave en el cerebro, es fundamental en este proceso. Este núcleo gestiona el circuito de recompensa, regulando la voluntad y transformándola en acción.

Así, tanto en el enamoramiento como en el consumo de drogas, el núcleo accumbens y la dopamina son esenciales para generar esas intensas emociones que nos motivan y nos impulsan a repetir la experiencia. Esta conexión entre la dopamina y el núcleo accumbens explica por qué ambos pueden provocar una fuerte sensación de placer y una búsqueda constante de esa gratificación.

Qué es el núcleo accumbens

El núcleo accumbens es una región subcortical del cerebro que juega un papel fundamental en el sistema de recompensa. Este núcleo es responsable de gestionar las conductas de búsqueda de placer a través de cambios emocionales, variaciones cognitivas, factores motivacionales y movimientos motores.

Cuando estamos enamorados, el núcleo accumbens se activa significativamente. Esta activación provoca la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con la motivación y el placer. La dopamina estimula el núcleo accumbens, creando una sensación de euforia y satisfacción. Este proceso es crucial para el reforzamiento positivo, ya que el cerebro interpreta el cumplimiento del deseo amoroso como una recompensa. Así, el individuo siente una fuerte necesidad de mantener y repetir esa experiencia placentera, reforzando las conductas asociadas con el amor y el apego.

En el caso del consumo de drogas, el núcleo accumbens también juega un rol central. Las drogas como la cocaína incrementan artificialmente los niveles de dopamina en el cerebro. Esta liberación excesiva de dopamina en el núcleo accumbens produce sensaciones intensas de euforia y placer similares a las que se sienten durante el enamoramiento. Sin embargo, a diferencia del amor, el consumo de drogas puede alterar el funcionamiento normal del cerebro, llevando a una dependencia. El cerebro, en su búsqueda de repetir la sensación placentera, desarrolla una tolerancia, requiriendo dosis cada vez mayores para alcanzar el mismo nivel de satisfacción.

Dependencia y abuso vs. Pasión

En las primeras fases del amor, experimentamos una sensación intensa de vínculo y apego hacia nuestra pareja. Esta etapa, conocida como pasión o enamoramiento, se caracteriza por una fuerte necesidad de estar cerca del ser amado, a menudo olvidando todo lo demás a nuestro alrededor. Este comportamiento es sorprendentemente similar a la dependencia que se desarrolla con el abuso de drogas.

Cuando una persona se enamora, el cerebro libera una serie de neurotransmisores que crean una sensación de euforia y satisfacción. La dopamina, que se libera en el núcleo accumbens, juega un papel central en este proceso. Este núcleo, como parte del sistema de recompensa del cerebro, refuerza las conductas que producen placer. En el contexto del amor, estas conductas pueden incluir pasar tiempo con la pareja, mostrar afecto y buscar constantemente su compañía.

De manera similar, cuando una persona consume drogas, el núcleo accumbens se activa de manera significativa debido a la liberación de dopamina. Este proceso crea una intensa sensación de placer y satisfacción, que el cerebro percibe como una recompensa. Al igual que en el amor, el individuo busca repetir la experiencia placentera, lo que puede llevar a una dependencia. Con el tiempo, el adicto puede centrarse exclusivamente en obtener y consumir la droga, descuidando otros aspectos importantes de su vida, como relaciones personales, trabajo y salud. Algo que frecuentemente encontramos en las personas enamoradas que tienden a cerrarse en la relación. 

Tolerancia a la droga vs. “Dejar de sentir lo mismo”

Con el tiempo, tanto en el amor como en el consumo de drogas, puede desarrollarse una tolerancia. Esta tolerancia se manifiesta de manera similar en ambos contextos, aunque sus consecuencias y mecanismos subyacentes pueden diferir.

En el caso de las drogas, la tolerancia implica que el individuo necesita consumir una mayor cantidad de la sustancia para experimentar las mismas sensaciones que al principio. Este fenómeno ocurre porque el cerebro se adapta a la presencia constante de la droga, disminuyendo su efecto con el tiempo. Por ejemplo, un consumidor de cocaína puede encontrar que las dosis iniciales ya no producen la misma euforia, lo que lo impulsa a aumentar la cantidad consumida o la frecuencia del uso.

Tolerancia en el amor

En el contexto del amor, la fase de enamoramiento intenso, caracterizada por altos niveles de dopamina y euforia, eventualmente disminuye. Esto lleva a la percepción de que “ya no siento lo mismo”. Esta disminución de sensaciones no significa necesariamente que el amor se haya perdido, sino que la relación está evolucionando hacia una fase más estable y menos intensamente apasionada. Sin embargo, esta transición puede ser difícil de aceptar para algunas personas, llevando a sentimientos de insatisfacción.

Cuando la intensidad inicial del amor disminuye, pueden surgir problemas como demandas dentro de la relación, infidelidad o la búsqueda de una nueva relación para recuperar esas sensaciones embriagadoras del principio. Este comportamiento es similar al del adicto que busca dosis mayores o más puras de la droga para alcanzar el mismo nivel de placer.

Mecanismos subyacentes en la tolerancia

  1. Adaptación del cerebro: Tanto en el amor como en el consumo de drogas, el cerebro se adapta a los altos niveles de dopamina. Esta adaptación reduce la respuesta emocional y placentera, llevando a la necesidad de mayores estímulos para obtener el mismo efecto.

  2. Cambio en los circuitos neuronales: En el caso de las drogas, los cambios en los circuitos neuronales del núcleo accumbens pueden llevar a una disminución en la sensibilidad a la dopamina. En el amor, aunque los cambios no son tan extremos, hay una evolución en cómo el cerebro responde a la presencia constante de la pareja.

  3. Expectativas y realidad: En las relaciones amorosas, las expectativas iniciales pueden ser muy altas debido a la euforia del enamoramiento. A medida que la relación progresa, la realidad y la rutina pueden no coincidir con estas expectativas, llevando a una percepción de disminución en la satisfacción.

“Quiero dejarlo pero no puedo” vs. “Ni contigo ni sin ti”

En la adicción, llega un momento en que la droga deja de consumirse por placer y se consume para evitar el síndrome de abstinencia. Este fenómeno se conoce como dependencia. El individuo ya no busca la euforia inicial, sino que consume la sustancia para evitar los síntomas desagradables de la abstinencia, como agitación, ansiedad, y malestar general.

Dependencia emocional en relaciones tóxicas

De manera similar, en una relación tóxica, una persona puede ser consciente del daño que la relación le causa, pero teme la soledad y el dolor del duelo emocional. Este miedo a la abstinencia emocional puede ser tan intenso que la persona continúa en la relación, a pesar de reconocer sus efectos negativos. Esta situación es reflejada en la frase “ni contigo ni sin ti”, donde la relación se mantiene no por el placer que proporciona, sino por el temor al vacío que su ausencia podría dejar.

Mecanismos de la dependencia emocional y adictiva

  1. Síndrome de abstinencia emocional: Al igual que con las drogas, al intentar dejar una relación tóxica, la persona puede experimentar un síndrome de abstinencia emocional. Esto incluye sentimientos de vacío, tristeza profunda, ansiedad y una necesidad constante de contactar con la pareja. Estos síntomas pueden llevar a la persona a regresar a la relación para aliviar el malestar, perpetuando un ciclo de dependencia.

  2. Activación del núcleo accumbens: En ambas situaciones, el núcleo accumbens juega un papel crucial. En la adicción, este núcleo se activa para buscar la sustancia que alivia el malestar. En una relación tóxica, se activa para buscar el contacto con la pareja, que temporalmente alivia la angustia emocional.

  3. Miedo al duelo emocional: El miedo a enfrentar el duelo emocional es un factor poderoso que mantiene a las personas en relaciones dañinas. Este miedo puede ser tan intenso como el temor a los síntomas físicos de la abstinencia de drogas. La perspectiva de enfrentar la soledad y el dolor emocional puede ser paralizante, llevando a la persona a preferir la familiaridad de la relación tóxica, por dañina que sea.

Comparación entre la dependencia de drogas y la dependencia emocional

  • Motivación del consumo: En la adicción, la motivación se desplaza del placer inicial a la necesidad de evitar la abstinencia. En la dependencia emocional, la motivación se desplaza del amor y la satisfacción iniciales al temor de enfrentar el dolor del duelo emocional.

  • Ciclo de dependencia: Ambos casos presentan un ciclo de dependencia donde el individuo busca evitar el malestar. En la adicción, esto se manifiesta en el consumo continuado de la droga. En las relaciones tóxicas, se manifiesta en la permanencia en la relación.

  • Efectos sobre el núcleo accumbens: Tanto en la adicción como en la dependencia emocional, el núcleo accumbens se activa para buscar la fuente que alivia el malestar, ya sea una sustancia o la presencia de la pareja.

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Síndrome de abstinencia vs. Dejar la relación

Cuando una relación termina, especialmente si ha habido un fuerte vínculo emocional, se pueden experimentar síntomas similares a los del síndrome de abstinencia. Este proceso puede ser extremadamente doloroso y desafiante, tanto emocional como físicamente.

Síntomas del síndrome de abstinencia emocional

Al dejar una relación significativa, una persona puede experimentar una variedad de síntomas, tales como:

  • Dolor emocional: Un sentimiento agudo de pérdida y tristeza profunda.
  • Sensación de vacío: Una sensación persistente de que algo crucial falta en la vida cotidiana.
  • Depresión: Sentimientos prolongados de tristeza y desesperanza.
  • Impulso incontrolable por contactar con el ex: Una necesidad constante de intentar reconectar con la ex pareja para aliviar el dolor emocional.
  • Ansiedad y agitación: Inquietud constante y dificultad para relajarse.
  • Fatiga y falta de energía: Una sensación de agotamiento extremo y dificultad para realizar tareas diarias.

Síntomas del síndrome de abstinencia por drogas

En el contexto del consumo de drogas, la abstinencia produce síntomas físicos y psicológicos que pueden ser intensamente incómodos y difíciles de manejar. Estos síntomas incluyen:

  • Agitación y ansiedad: Inquietud constante y nerviosismo.
  • Fatiga y desánimo: Sensación de cansancio extremo y falta de motivación.
  • Dolor físico: Dolores musculares y malestar general.
  • Insomnio: Dificultad para dormir o permanecer dormido.
  • Cambios de humor: Depresión, irritabilidad y cambios bruscos de humor.

Comparación entre abstinencia emocional y síndrome de abstinencia por drogas

  1. Activación del núcleo accumbens: En ambos casos, el núcleo accumbens y otros circuitos de recompensa en el cerebro están involucrados. Durante una ruptura, el núcleo accumbens, que previamente se activaba por la presencia y el amor de la pareja, ahora se enfrenta a una ausencia que crea un vacío emocional. En el caso de las drogas, la ausencia de la sustancia reduce la liberación de dopamina, llevando a síntomas de abstinencia.

  2. Necesidad de alivio: Tanto en la ruptura amorosa como en la abstinencia de drogas, hay una intensa necesidad de aliviar el malestar. Esto puede llevar a comportamientos como intentar contactar con la ex pareja o buscar la droga, respectivamente, en un esfuerzo por mitigar el dolor.

  3. Impacto en la salud mental: Ambas formas de abstinencia pueden tener un impacto significativo en la salud mental. La depresión, ansiedad y otros problemas emocionales son comunes en ambos casos. Reconocer estos síntomas y buscar apoyo puede ser crucial para la recuperación.

El amor es una droga en el sentido de que ambos fenómenos activan los mismos circuitos de recompensa en el cerebro, particularmente a través del núcleo accumbens y la dopamina. Mientras que el amor y el desamor son experiencias vitales y naturales, las drogas traen consecuencias más dañinas e insalubres. Por lo tanto, es más saludable experimentar el amor y el desamor de manera natural, evitando sustancias que imitan estos reforzadores naturales.

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Referencias

  • Koob, G. F., & Volkow, N. D. (2010). Neurocircuitry of addiction. Neuropsychopharmacology, 35(1), 217-238.
  • Insel, T. R. (2003). Is social attachment an addictive disorder? Physiology & behavior, 79(3), 351-357.
  • Schultz, W. (2015). Neuronal reward and decision signals: from theories to data. Physiological Reviews, 95(3), 853-951.

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