✔️ Qué es la INDEFENSIÓN APRENDIDA

¡Hola PSYCOlógicos!

Seguramente que en algún momento de tu vida has conocido a alguna persona que estaba sin esperanza, abatida y que no se defendía a pesar de estar siendo abusada por su pareja, por su jefe o por algún familiar o compañero. Incluso puede que te haya llegado a pasar a ti.

En 1967 Martin Seligman desarrolló un experimento con perros que, aunque fue cruel, reveló un concepto básico para explicar muchas conductas que se producen en las víctimas de maltrato, en personas que padecen depresión, en miembros de una secta,…

Hoy vamos a hablar de este concepto tan importante para la psicología y del experimento que llevó a su descubrimiento. Hoy hablamos de la indefensión aprendida.

En 1967 Overmier y Seligman pretendían estudiar las interacciones entre el condicionamiento clásico y el condicionamiento instrumental aversivo cuando se toparon con una reacción inusual en los sujetos experimentales. Veamos qué ocurrió realmente en este experimento:

El fenómeno de la Indefensión Aprendida fue descubierto por casualidad, como otras tantas cosas. El hallazgo se produjo durante una investigación sobre el condicionamiento clásico del miedo llevada a cabo por Overmier y Seligman en 1967.

El experimento consistía en observar la diferencia de comportamiento de 3 grupos de perros en las siguientes condiciones experimentales:

En el grupo número 1 los perros eran sometidos a descargas eléctricas y tenían la posibilidad de escapar tocando una palanca que abría el paso a un espacio libre de descargas. Los animales aprendieron este comportamiento muy rápido y lo usaron inmediatamente después de que ocurriera la descarga.

En el grupo número 2 los perros recibían las mismas descargas eléctricas que el grupo 1 pero sin ningún mecanismo que posibilitara la oportunidad de escapar y de salvarse de la descarga.

El tercer grupo sirvió como grupo de control, por lo que no se realizó ninguna prueba preliminar con estos animales

Y llegaron los resultados:

En el experimento principal, los animales debían aprender a saltar a la otra mitad de la jaula en respuesta a una señal luminosa que anunciaba las descargas eléctricas.

Los animales del primer grupo y del grupo de control habían aprendido el comportamiento de evitación después de unas pocas pruebas, mientras que los del segundo grupo de prueba, al experimentar que no podían escapar a las descargas eléctrica hicieran lo que hicieran, acabaron tolerando los estímulos de dolor sin resistencia y dejaron de probar maneras de escapar de la descarga eléctrica.

En la experiencia de controlabilidad del experimento, los perros de los grupos número 1 y de control aprendieron rápidamente la tarea de prueba y, en menos de diez ensayos, apenas recibieron descargas.

Los perros del grupo dos, que recibían descargas aleatorias hicieran lo que hicieran, habían asimilado que no tenía sentido resistirse a los estímulos de dolor. Habían adquirido una impotencia aprendida. Eran incapaces de aprender una nueva tarea y, como refiere Seligman, soportaban las descargas sin evitarlas y sin pretender escapar de ellas.

Con estos resultados podemos deducir que, cuando nos ocurren dificultades en nuestra vida o queremos lograr un objetivo y, tras emplear todas las estrategias en nuestro haber no lo conseguimos, caemos en esa desesperanza o resignación que indica una indefensión aprendida. Es decir, aprendemos que: “haga lo que haga no lo conseguiré” este aprendizaje es devastador y, al asimilarlo, caemos en el desánimo.

En este estado de indefensión aprendida nos ocurre un poco lo que en nuestro vídeo de la respuesta inmunológica en el estrés. Como ya vimos, en la respuesta adaptativa del estrés en el organismo existen diferentes etapas: el estresor produce un choque y después aparece un contrachoque para entrar en la fase de resistencia, pero, si no se acaba por resolver la situación estresante, nuestro organismo entra en la fase de agotamiento, una fase esta que podría ser análoga a la indefensión aprendida.

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La indefensión aprendida produce dos déficits importantes

Déficit de motivación provocado, lógicamente, por haber intentado todo lo posible para escapar de esa situación y no haberlo conseguido. Os pongo un ejemplo: cuando en una competición deportiva un equipo está siendo goleado o superado notablemente a otro equipo, a medida que el número de goles aumenta la motivación del equipo goleado decae, pues están aprendido que hagan lo que hagan es inútil.

Otro déficit importante es el cognitivo. Se ha demostrado en diferentes experimentos que los sujetos indefensos cometen muchos más errores durante el aprendizaje que los del grupo de control. Esto parece evidenciar la existencia de un déficit cognitivo específico que genera en los individuos indefensos una dificultad para aprender que produce interferencia o retraso en un nuevo aprendizaje posterior, tal y como postula el modelo cognitivo de la indefensión aprendida.

La indefensión aprendida se observa con mucha frecuencia en las víctimas de maltrato. Por ejemplo, en niños que están sufriendo bullying en el colegio o maltrato en el hogar. En estos casos y, después de todo lo que hemos visto, ya podéis deducir vosotros mismos las consecuencias dramáticas que esta indefensión aprendida tiene en su crecimiento psicosocial y en su rendimiento escolar.

También encontramos indefensión aprendida en las víctimas de violencia de género, donde la víctima se resigna a sufrir dicho maltrato por que ya ha intentado escapar o solucionar los conflictos de todas las formas posibles y no ha funcionado.

Y, si hay un trastorno donde se puede observar la indefensión aprendida este es en la depresión. Muchas depresiones vienen precedidas por una lucha para tratar de superar alguna problemática o para vencer una fobia o para superar problemas de ansiedad. Si al final de esta lucha y tras haber intentado de todo, no se logra la solución, aparecen la desesperanza y la indefensión aprendida.

Para tratar indefensión aprendida lo ideal, como siempre, es establecer un buen diagnóstico a través de una buena evaluación psicológica. Después, aplicar un tratamiento específico que irá encaminado a dotar de nuevas estrategias de afrontamiento al individuo para fortalecer su confianza y autoestima dañadas.

Y hasta aquí este blog, si te has quedado con ganas de más, te recomendamos ver el vídeo de este Blog que publicamos en YouTube 🙂

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