¿Alguna vez te has preguntado cómo y cuándo empezamos a imitar como seres humanos? Este acto fundamental, que parece tan simple y cotidiano, tiene sus raíces profundamente ancladas en nuestras etapas de desarrollo más tempranas. En este artículo, exploraremos los fascinantes inicios de la imitación en los niños según Jean Piaget, y descubriremos cómo este proceso esencial da forma a nuestra capacidad para interactuar y entender el mundo que nos rodea.
El Periodo Sensoriomotor: La Base de la Imitación
Jean Piaget, un renombrado teórico del desarrollo, identificó el periodo sensoriomotor como la etapa inicial en la vida de un niño, donde comienzan a interactuar y comprender su entorno a través de los sentidos y la acción motora. Es al final de este periodo, que abarca desde el nacimiento hasta aproximadamente los 2 años de edad, cuando los niños comienzan a desarrollar la capacidad de utilizar símbolos y realizar representaciones mentales.
El Surgimiento de la Función Representacional
La función representacional en los niños, según Jean Piaget, comienza a desarrollarse al final del periodo sensoriomotor, alrededor de los 18 a 24 meses de edad. Esta función permite a los niños utilizar signos y símbolos para representar algo en ausencia de este. Es el fundamento para habilidades más complejas, como el lenguaje, el juego simbólico, el dibujo y la imitación diferida, permitiendo a los niños interpretar y interactuar con el mundo de manera más significativa y abstracta.
La capacidad para emplear símbolos y representaciones es crucial en el desarrollo de la habilidad para comunicarse y realizar actividades representacionales. Piaget destaca que, a través de la función representacional, los niños pueden usar un elemento (el significante) para referirse a algo distinto (el significado). Clasifica los significantes en tres categorías:
- Índices o señales: Donde significante y significado están íntimamente ligados.
Ejemplo: Un niño pequeño que llora cuando su madre se va. Aquí, la ausencia de la madre (significante) está directamente vinculada al sentimiento de tristeza o ansiedad del niño (significado).
- Símbolos: El significante, aunque independiente, mantiene una relación motivada con el significado.
Ejemplo: Un niño que usa una caja como si fuera un automóvil. La caja (significante) no tiene una conexión inherente con un automóvil (significado), pero el niño la ha asignado simbólicamente esa función.
- Signos: La relación entre significante y significado es arbitraria y convencional.
Ejemplo: Un niño que aprende a decir o escribir «manzana» para referirse al fruto. La palabra «manzana» (significante) es un acuerdo social para representar ese fruto específico (significado), sin que la palabra misma tenga una relación natural con el objeto que describe.
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La Función Simbólica en la Infancia
Según Jean Piaget, la función simbólica se adquiere durante la etapa preoperacional, que abarca aproximadamente de los 2 a los 7 años de edad. En esta fase, los niños comienzan a desarrollar la capacidad de representar objetos, personas y eventos con símbolos o signos, como palabras y dibujos, que no están presentes físicamente. Este desarrollo marca un avance crucial en el pensamiento infantil, permitiendo una mayor creatividad, pensamiento abstracto y la habilidad para jugar y comunicarse de manera simbólica.
La función simbólica es una manifestación clave de la capacidad de los niños para manejar símbolos y signos. Incluye varias habilidades fundamentales:
- Imitación diferida: La habilidad de replicar comportamientos observados anteriormente, incluso en ausencia del modelo.
- Imágenes mentales: Representaciones mentales que trascienden las simples percepciones sensoriales.
- El juego simbólico: La capacidad de crear situaciones simbólicamente.
- El dibujo: La expresión de imágenes internas que reflejan el conocimiento del niño sobre un objeto, más allá de la mera observación.
- El lenguaje: El uso de signos para nombrar objetos o situaciones.
Desarrollo de la Imitación Según Piaget e Inhelder
Jean Piaget e Inhelder nos ofrecen una perspectiva detallada sobre cómo la imitación se transforma, evolucionando desde gestos básicos en los recién nacidos hasta convertirse en una herramienta sofisticada de aprendizaje e interacción en los niños mayores. Identifican distintas fases en este proceso, comenzando con la ausencia total de imitación en el primer mes de vida. Con el tiempo, los niños avanzan hacia formas más complejas de imitación, culminando en la imitación diferida al final del periodo sensoriomotor.
En las primeras etapas, los bebés responden principalmente a través de reflejos y acciones involuntarias. Sin embargo, a medida que crecen, empiezan a imitar gestos y sonidos, un paso crucial en su desarrollo social y cognitivo. Esta capacidad de imitación se intensifica, permitiendo a los niños no solo replicar acciones observadas sino también emplear estas imitaciones en contextos nuevos y variados.
La imitación diferida, una etapa avanzada que se desarrolla al final del periodo sensoriomotor, permite a los niños recordar y replicar una acción observada previamente, incluso en ausencia del modelo original. Este tipo de imitación es fundamental para el desarrollo de la memoria, la planificación y la comprensión de roles y normas sociales.
Este progresivo viaje a través de las etapas de la imitación ilustra que la imitación es mucho más que una simple réplica de lo observado. Es, de hecho, una columna vertebral en el desarrollo de habilidades esenciales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la empatía y la comunicación efectiva. Al entender este proceso, los educadores, padres y cuidadores pueden fomentar entornos que potencian estas habilidades esenciales, enriqueciendo así el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños.
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Referencias
- Piaget, J. (1952). The origins of intelligence in children. New York: International Universities Press.
- Inhelder, B., & Piaget, J. (1964). The early growth of logic in the child. London: Routledge & Kegan Paul.
- Meltzoff, A. N., & Moore, M. K. (1977). Imitation of facial and manual gestures by human neonates. Science, 198(4312), 75-78.
- Maratos, O. (1973). The origin and development of imitation in the first six months of life. Proceedings of the British Academy, 59, 219-235.