✔️ Delirios · Trastorno Delirante · Explicación y Ejemplos

Definir que es un delirio, ha sido y sigue siendo uno de los temas que, fundamentalmente, se ha planteado la psicopatología. A continuación, trataremos de esclarecer qué es un delirio y conoceremos algunos de los más interesantes y sorprendentes.

Etimológicamente, la palabra delirio deriva de la palabra latina «delirare» que significa salirse del surco labrado. Esto, aplicado al pensamiento humano, sería “pensar saliéndose del curso normal”

La definición más citada y conocida de los delirios es la de Jaspers, que los define así:

«Los delirios son juicios falsos, que se caracterizan por que el individuo los mantiene con gran convicción, que no son influenciables ni por la experiencia ni por conclusiones irrefutables, y que, además, su contenido es imposible»

Por otro lado, tenemos otra definición que se acerca más a la propuesta por el DSM III y que se resume en una serie de características de las ideas delirantes:

«se mantienen con absoluta convicción, no se dejan modificar por la razón ni por la experiencia, su contenido es fantástico o intrínsecamente improbable y no son compartidas por su grupo o cultura de referencia»

La preocupación que experimenta el que delira es una característica esencial de los delirios. El delirante no para de rumiar estas ideas y emplea gran parte de su tiempo en reafirmarlas y expresarlas. El que delira se identifica con esa idea y cualquier refutación es rechazada con vehemencia, polarizando aún más sus convicciones porque aceptar que está en lo falso sería aceptar que él mismo tampoco es real. 

Por otro lado, debemos  tener en cuenta que los delirios podrían cumplir, por muy extraño que parezca, una función sanadora en la psique del individuo para, por ejemplo, solventar experiencias traumáticas difíciles de digerir. En este caso, lo peor que podemos hacer es rebatir esas ideas, pues se producirá un efecto contraproducente. Lo aconsejable es que el profesional que aborde este tipo de casos descarte o aplace un juicio sobre las ideas delirantes de su paciente y aborde las causas originales sin resolver que habrían generado esos delirios. 

En definitiva, definir los delirios es muy complejo y no está exento de polémica y controversia. Sobre todo ante el criterio de qué ideas deben o no ser consensuadas por el grupo de referencia, ya que muchas veces los delirios pueden contener verdades o convertirse en verdades.

Un ejemplo claro son los delirios celotípicos, o delirios de que la pareja es infiel. Muchos clínicos pueden confirmar que, lo que en principio parecía absurdo, terminó convirtiéndose en real. El efecto Marta Michel explica esto a la perfección: Marta Michel era la esposa de un general americano que fue diagnosticada de trastorno delirante debido a sus continuas acusaciones sobre actividades ilegales en la mismísima casa blanca… el caso Watergate desveló que estaba en lo cierto y que no deliraba. 

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Algunos de los delirios más curiosos e interesantes

Delirio de ser controlado: el sujeto experimenta que sus sentimientos, impulsos, pensamientos o acciones no son propios si no que son impuestos por alguna fuerza externa e irresistible. Dentro de estas temáticas encontraremos la idea de estar alienados, el robo o la transmisión de pensamiento. Es decir, la persona dirá que sus pensamientos son robados, que pueden leerle el pensamiento o alguien está dentro de él sabiendo todo de él. 

Delirio de amor o síndrome de Clerembault: convicción de que otra persona, generalmente importante, está enamorada de él. Hace años saltó a las noticias una mujer con delirio de Clerembaut, esta mujer planeó el secuestro de la esposa de Paco González, periodista y locutor de tiempo de juego de la cadena cope, con la intención de asesinarla y casarse con Paco González, quien no la conocía y ni siquiera la había visto nunca…

Delirio de Sosías o de Capgras: creencia de que personas cercanas de su entorno están siendo usurpadas por un impostor que tiene la misma apariencia física. Es decir, que creen que su madre o su pareja o sus amigos no son en realidad ellos si no que es alguien que, por decirlo de alguna forma, se ha metido en su cuerpo o se ha “disfrazado” con la apariencia de su ser querido. 

El opuesto al delirio de Capgras es el síndrome de Frégoli, donde el sujeto mantiene la creencia de que personas desconocidas son en realidad conocidas.

Otra idea delirante es la Nihilista o de Cotard, que consiste en la creencia de la no existencia del yo o de alguna de sus partes. Por ejemplo, la no existencia del corazón u otros órganos. Este delirio es más típico de la depresión delirante que de la esquizofrenia. 

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