El Arquero y la Luna

El Cuento de «El Arquero y la Luna» es un cuento de Alejandro Jodorowsky que nos ayuda a fijar Objetivos, nos invita ser Constantes en nuestro esfuerzo, nos inspira para Superarnos a pesar de las críticas y burlas.

Este Cuento de Crecimiento Personal nos enseña que cuando apuntamos muy alto, aunque no consigamos el objetivo en si mismo, habremos crecido y mejorado lo suficiente para haber conseguido otros logros durante el camino.

Este Cuento es muy especial para nosotros porque lo han ilustrado con mucho cariño dos muy queridos amigos: Kety Betés y Fermín Galduf. Gracias, muchas gracias!!!

♥♥♥

Érase una vez un joven muchacho que quería ser el mejor arquero del mundo.

Se dirigió un día al que se consideraba el mejor maestro arquero de su país, y le expresó su deseo:

– Maestro, quisiera ser el mejor arquero del mundo, ¿qué podría hacer?

El maestro le respondió:

– Si quieres ser el mejor arquero del mundo, debes alcanzar la Luna con una de tus flechas. Hasta ahora nadie lo ha conseguido, tú serías el primero, y al hacerlo, nadie cuestionaría que eres el mejor.

El muchacho decidió seguir el consejo, preparó su arco y sus flechas, y cada noche disparaba a la Luna que salía tras el horizonte del mar. Cada noche, perseveraba, sin faltar ninguna vez a su cita, fuera la Luna llena, menguante, creciente, incluso cuando era nueva y apenas se adivinaba su leve luz.

Los vecinos y amigos se burlaban de él:

– Ya está ahí otra vez el loco de la Luna.

Pero él, ignorando los insultos, provocaciones y ofensas, seguía cada noche en su empeño.

Nadie sabe si en alguna ocasión alcanzó la Luna, pero su empeño y los millones de disparos de flechas que realizó en su intento por alcanzarla tuvieron un premio secundario ya que se convirtió, sin duda, en el mejor arquero del mundo.

Su maestro, orgulloso y sonriente sentenció:

– Ahora eres imbatible, a plena luz del día, y por supuesto, de noche.

♥♥♥

Cuando la pasión acompaña nuestras metas, cuando nos entregamos a un propósito en positivo con toda nuestra alma, se trasciende al objetivo para dar lugar a un cambio interior que nos ayuda a evolucionar. Esto es, si cabe, más importante que la propia meta.

Y tus flechas… ya alcanzaron la Luna?

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