¿Es la Hipnosis un Estado de Trance?

Desde tiempos inmemoriales, la hipnosis ha fascinado tanto a profanos como a profesionales, envuelta en un halo de misterio y controversia. Pero, ¿qué es realmente la hipnosis? ¿Es un estado de trance único y distinto a cualquier otro estado de conciencia, o es simplemente una faceta más de nuestra mente en funcionamiento? En este artículo, nos sumergiremos profundamente en el corazón de estas preguntas, explorando las diversas teorías y evidencias que la psicología moderna nos ofrece sobre este intrigante fenómeno.

¿Qué es el Trance? Una Primera Mirada

Para adentrarnos en el fascinante mundo de la hipnosis, es esencial desentrañar primero el enigma del trance. Este estado, a menudo envuelto en misticismo, se describe tradicionalmente como un cambio cualitativamente distinto en nuestra conciencia. Más allá de una simple alteración, el trance se presenta como un dominio profundo de la mente, donde la concentración intensa se fusiona con una permeabilidad incrementada a las sugestiones externas, y donde la conciencia de nuestro entorno inmediato se ve notablemente atenuada.

Esta transformación en nuestra percepción y procesamiento mental no es meramente una disminución de la alerta hacia el mundo exterior; más bien, sugiere una reconfiguración de la conciencia que permite acceder a estados internos de percepción, pensamiento y emoción que en circunstancias ordinarias permanecen ocultos o inaccesibles. En este estado, la mente se libera de las barreras habituales de la lógica y el escepticismo, abriéndose a la posibilidad de cambios profundos en las actitudes, creencias y sensaciones físicas.

La noción de que el trance constituye una experiencia cualitativamente diferente implica que, durante este estado, operan mecanismos de conciencia que difieren radicalmente de los de nuestra vigilia habitual. En el trance, se puede experimentar una disolución de las fronteras del yo, una sensación de unidad con el entorno o con aspectos internos del psiquismo que normalmente se encuentran fragmentados o aislados. Este estado de conciencia alterada, lejos de ser una simple curiosidad, se revela como un potente canal para la exploración y transformación personal.

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Hipnosis: ¿Un Estado alterado de Conciencia?

La hipnosis ha sido objeto de un intenso debate científico y filosófico a lo largo de los años, encontrándose en el centro de una encrucijada de opiniones y teorías. Las discusiones se han polarizado principalmente en torno a dos corrientes de pensamiento: aquellas teorías que defienden que la hipnosis es un trance y aquellas que argumentan que la hipnosis no es un estado de trance.

Teorías a Favor del Trance en Hipnosis

Entre las teorías que apoyan la noción de la hipnosis como un estado de trance, las teorías disociativas, destacando la propuesta por Ernest Hilgard, ocupan un lugar preeminente. Hilgard introduce el concepto de disociación cognitiva, sugiriendo que durante la hipnosis se produce una separación en la conciencia; una faceta del yo permanece alerta y crítica, mientras que otra parte se adentra profundamente en el estado hipnótico. Este proceso permite a la persona experimentar la hipnosis como un verdadero trance, marcado por una profunda alteración en la percepción y la experiencia del yo. Esta teoría se sustenta en la observación de fenómenos como la analgesia hipnótica, donde el individuo, pese a estar en un estado de aparente vulnerabilidad, no experimenta dolor, lo que indica una clara desconexión entre la percepción sensorial y la conciencia plena.

Teoría del control disociado

Por otra parte, la teoría del control disociado de Kenneth S. Bowers aporta otra perspectiva, argumentando que durante la hipnosis se produce una inhibición o disociación de ciertos procesos cognitivos, mientras que otros, especialmente aquellos relacionados con las sugestiones hipnóticas, ganan predominio. Este cambio en la dinámica del procesamiento mental da lugar a una experiencia de trance que se distingue claramente de los estados de conciencia ordinarios. Bowers enfatiza que esta reorganización cognitiva no es meramente superficial, sino que implica una transformación profunda en la manera en que la mente procesa la información y responde a ella, ofreciendo una ventana única a la plasticidad y la capacidad de la mente para entrar en estados alterados de funcionamiento.

Teorías Contra el Concepto de Trance en Hipnosis

Las teorías sociocognitivas y cognitivo-conductuales presentan una interpretación alternativa de la hipnosis, desafiando la noción tradicional de que constituye un estado de trance único y distinto. Según estas perspectivas, la hipnosis emerge no de un cambio radical en el estado de conciencia, sino a través de la interacción de expectativas, sugestionabilidad, y la dinámica relacional entre el hipnotizador y el sujeto. Estas teorías enfatizan el papel de los procesos psicológicos normales, como la atención, la imaginación y la expectativa, en la creación de la experiencia hipnótica.

Teorías Sociocognitivas

Nicholas Spanos, prominente defensor de la visión sociocognitiva, argumentó que las respuestas durante la hipnosis son actos intencionales influenciados por las expectativas sociales y personales asociadas al rol de la «persona hipnotizada». Desde esta perspectiva, el sujeto no entra en un estado de trance profundamente alterado, sino que, consciente o inconscientemente, desempeña un papel basado en su comprensión de cómo se supone que debe actuar bajo hipnosis. Esto implica que la experiencia de la hipnosis está construida socialmente y es mediada por la comprensión y las creencias del individuo sobre lo que significa estar hipnotizado.

Además, las teorías sociocognitivas subrayan la importancia de la sugestionabilidad como una predisposición individual a responder a las sugestiones. Esta capacidad varía significativamente entre individuos y puede explicar las diferencias en la profundidad y el tipo de experiencias hipnóticas reportadas. En este marco, la sugestionabilidad no se ve como una puerta de acceso a un estado alterado de conciencia, sino como una característica que facilita la aceptación y el compromiso con el rol hipnótico y las expectativas asociadas.

La relación entre el hipnotizador y el sujeto también juega un papel crucial en este enfoque. La confianza, la autoridad percibida del hipnotizador y la disposición del sujeto para entrar en el proceso hipnótico son fundamentales para el éxito de la experiencia. Esto resalta cómo la dinámica social y psicológica subyacente puede influir en la experiencia hipnótica, sin necesidad de postular la existencia de un estado de trance especial.

En resumen, las teorías contra el concepto de trance en hipnosis ofrecen una visión rica y matizada de la hipnosis como un fenómeno psicológico complejo, enraizado en interacciones sociales, expectativas y procesos cognitivos normales. Estas teorías aportan una comprensión valiosa de cómo las personas experimentan y responden a la hipnosis, destacando el poder de la mente para conformar nuestras experiencias de maneras que a menudo parecen trascender lo ordinario.

¿Qué Dice la Evidencia Empírica?

La evidencia empírica sobre la hipnosis ha alimentado el debate sobre si este fenómeno representa o no un estado de trance único y diferenciado. Los estudios de neuroimagen han sido cruciales para entender la actividad cerebral bajo hipnosis, revelando patrones que indican una modificación en el funcionamiento cognitivo. Estas investigaciones muestran que, durante la hipnosis, ciertas áreas del cerebro implicadas en la atención, la concentración y la imaginación exhiben una actividad distinta, lo que podría interpretarse como la firma neural de un estado alterado de conciencia.

Sin embargo, es importante señalar que los cambios observados en la actividad cerebral durante la hipnosis no son únicos de este estado. Fenómenos similares se han registrado en prácticas como la meditación y en estados de concentración intensa, lo que sugiere que la hipnosis podría ser más bien una forma particular de acceder a capacidades cognitivas que todos poseemos, en lugar de un estado completamente distinto y separado de nuestra experiencia consciente habitual.

Hipnosis vs Técnicas de Relajación

Por otro lado, las experimentaciones realizadas por investigadores como William E. Edmonston Jr., y más adelante por Juan Miguel Tobal y Héctor González Ordi, han aportado luz sobre la relación entre la hipnosis y los cambios psicofisiológicos. Estos estudios han demostrado que muchos de los efectos comúnmente atribuidos a la hipnosis, como la relajación profunda y las alteraciones en los marcadores psicofisiológicos (por ejemplo, la reducción en la presión arterial o la frecuencia cardíaca), pueden ser alcanzados mediante técnicas de relajación que no implican inducción hipnótica. Estos hallazgos plantean preguntas significativas sobre la necesidad de categorizar la hipnosis como un trance distinto, sugiriendo en cambio que podría ser una manera eficaz de influir en el cuerpo y la mente a través de mecanismos psicológicos y relajación.

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Conclusión: Reevaluando la Naturaleza de la Hipnosis

La investigación moderna, armada con herramientas avanzadas como la neuroimagen y pruebas psicofisiológicas detalladas, ha proporcionado nuevas perspectivas sobre la hipnosis, desafiando las nociones tradicionales que la definen como un estado de trance cualitativamente distinto. Estos estudios sugieren que, más que representar un estado alterado de conciencia único, la hipnosis comparte muchas similitudes con estados de relajación profunda. La evidencia indica que los cambios observados en la actividad cerebral y los marcadores psicofisiológicos durante la hipnosis no son exclusivos de este estado, sino que también se encuentran en prácticas de relajación y concentración.

Por tanto, las teorías contemporáneas, respaldadas por un mayor rigor científico, apuntan a la conclusión de que la hipnosis podría no ser un estado cualitativamente diferente de conciencia. Esta perspectiva amplía nuestra comprensión de la hipnosis, no como un fenómeno místico o excepcional, sino como una manifestación accesible y natural de la capacidad humana para alcanzar estados profundos de concentración y relajación.

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Referencias

  1. Hilgard, E. R. (1977). Divided consciousness: Multiple controls in human thought and action. Wiley.
  2. Bowers, K. S. (1976). Hypnosis for the seriously curious. W.W. Norton & Company.
  3. Spanos, N. P. (1991). A sociocognitive approach to hypnosis. In S.J. Lynn & J.W. Rhue (Eds.), Theories of hypnosis: Current models and perspectives (pp. 324-361). Guilford Press.
  4. Edmonston, W. E., Jr. (1981). Hypnosis and relaxation: Modern verification of an old equation. Wiley.
  5. Tobal, J. M., & González Ordi, H. (1993). Efectos de la hipnosis y la relajación en variables psicofisiológicas. Anales de Psicología, 9(1), 75-86.

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