El experimento de Milgram: ¿Hasta dónde llegarías por la obediencia?

¡Hola, amantes de la Psicología! Hoy nos sumergiremos en uno de los experimentos más polémicos y reveladores de la psicología social en nuestro blog. Nos enfrentaremos a una pregunta que puede hacer que nos estremezcamos: ¿Serías capaz de cometer un crimen si una autoridad te lo ordenara? Vamos a explorar juntos esta fascinante cuestión a través del estudio que dejó una marca indeleble en el campo de la psicología: el experimento de Milgram.

¿QUIÉN FUE STANLEY MILGRAM Y POR QUÉ REALIZÓ SU FAMOSO EXPERIMENTO?

Stanley Milgram, un psicólogo de la Universidad de Yale, inició en 1961 una serie de experimentos que se convertirían en un referente en la psicología social. Su objetivo era entender la disposición de los individuos para obedecer órdenes de una figura de autoridad, incluso cuando estas órdenes contradicen sus valores morales. La chispa que encendió el fuego de esta investigación fueron los horrores que surgieron de la Segunda Guerra Mundial y, en particular, del Holocausto.

¿CÓMO SE DESARROLLÓ EL EXPERIMENTO DE MILGRAM?

El experimento de Milgram, llevado a cabo por el psicólogo Stanley Milgram en la década de 1960, fue un estudio emblemático sobre la obediencia a la autoridad y ha sido fundamental para nuestra comprensión de cómo los individuos pueden actuar en contra de su moral personal cuando se encuentran bajo la presión de la autoridad.

Para llevar a cabo el experimento, Milgram diseñó un escenario que involucraba a tres roles: el experimentador, que representaba a la figura de autoridad; el «maestro«, que era la persona que se sometía al experimento (el sujeto real del estudio); y el «alumno«, que era un actor contratado por el equipo de investigación para simular ser el sujeto de la enseñanza.

El escenario era el siguiente: al «maestro» se le decía que participaba en un estudio sobre la memoria y el aprendizaje. Se le asignaba la tarea de enseñar una lista de pares de palabras al «alumno». Cuando el «alumno» cometía un error, el «maestro» debía administrar una supuesta descarga eléctrica como castigo. Se le decía al «maestro» que las descargas eléctricas aumentarían en intensidad con cada error cometido por el «alumno».

Lo que el «maestro» no sabía era que las descargas eléctricas eran falsas y que el «alumno» era un actor que fingía las reacciones al dolor. El verdadero objetivo del estudio no era investigar el aprendizaje, sino observar hasta qué punto el «maestro» estaba dispuesto a obedecer las órdenes del experimentador, incluso cuando estas órdenes parecían causar daño a otra persona.

A medida que el «alumno» cometía más errores, y supuestamente las descargas eléctricas se volvían más intensas, el «alumno» comenzaba a quejarse de dolor, a pedir que se detuviera el experimento, e incluso a fingir que perdía el conocimiento. Sin embargo, el experimentador, la figura de autoridad, instaba al «maestro» a continuar con el experimento, a pesar de las protestas del «alumno».

¿QUÉ SUCEDIÓ DURANTE EL EXPERIMENTO?

Aquí es donde las cosas se ponen intensas. A medida que las supuestas descargas eléctricas aumentaban, el alumno empezaba a quejarse, a gritar de dolor y finalmente a suplicar que se detuviera el experimento. Pero si el maestro se resistía a continuar, el experimentador le incitaba con frases como «El experimento requiere que continúe». Y aquí surge la pregunta: ¿Hasta dónde llegarían los maestros?

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¿CUÁLES FUERON LOS IMPACTANTES RESULTADOS DEL EXPERIMENTO DE MILGRAM?

Los resultados del experimento dejaron perplejo a Milgram y al mundo. Aunque todos los participantes mostraron signos de angustia, todos continuaron hasta al menos los 300 voltios y, lo que es más sorprendente, el 65% llegó hasta el final, aplicando lo que creían que eran descargas de 450 voltios. ¿Pueden creerlo?

¿QUÉ NOS DICE EL EXPERIMENTO DE MILGRAM SOBRE LA OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD?

El experimento de Milgram nos proporcionó una perspectiva sorprendente y profundamente inquietante sobre la obediencia a la autoridad. Las conclusiones indicaron que una amplia mayoría de las personas están dispuestas a seguir órdenes hasta el extremo, incluso si dichas órdenes contravienen su sentido moral y ético personal.

Una de las lecciones más perturbadoras de este estudio es cómo las personas pueden despojarse de su responsabilidad personal cuando están bajo la autoridad de otro. Muchos de los «maestros» en el experimento de Milgram se sentían incómodos al administrar las descargas eléctricas, pero continuaron haciéndolo simplemente porque se les ordenó. Justificaban su comportamiento diciendo que simplemente estaban siguiendo instrucciones y que la responsabilidad final recaía sobre el experimentador.

Esto nos lleva a entender mejor cómo pueden surgir comportamientos violentos y crueles en contextos donde la autoridad es dominante. Cuando la responsabilidad se diluye debido a la jerarquía de autoridad, los individuos pueden llevar a cabo actos que de otro modo considerarían inaceptables.

Esta percepción nos ayuda a entender mejor episodios oscuros de la historia humana, como el Holocausto o las torturas en la guerra. En ambos casos, individuos comunes cometieron atrocidades inimaginables simplemente porque se les ordenó hacerlo. El experimento de Milgram nos recuerda que la obediencia ciega a la autoridad puede llevar a consecuencias devastadoras.

A su vez, el experimento de Milgram también plantea preguntas fundamentales sobre la ética en la investigación psicológica. Aunque su estudio proporcionó perspectivas valiosas, también causó angustia significativa a los participantes que creían que estaban causando daño real a otras personas. Esto ha llevado a debates importantes sobre el equilibrio entre la obtención de conocimientos y la protección del bienestar de los participantes en la investigación psicológica.

Finalmente, vale la pena mencionar que este estudio resalta la importancia de la educación y el fomento del pensamiento crítico para resistir la obediencia ciega y la influencia indebida de la autoridad. Como sociedad, debemos promover la capacidad de cuestionar las órdenes y la autoridad cuando parecen entrar en conflicto con nuestro sentido de la justicia y la moralidad.

¿CÓMO SE APLICA EL EXPERIMENTO DE MILGRAM EN LA ACTUALIDAD?

Aunque han pasado más de seis décadas desde el experimento de Milgram, sus hallazgos siguen siendo relevantes. Nos enseñan la importancia de cuestionar la autoridad y de reflexionar sobre nuestras acciones, algo fundamental tanto en el ámbito personal como en el profesional.

¿CUÁL ES EL LEGADO DEL EXPERIMENTO DE MILGRAM?

El experimento de Milgram nos dejó con un espejo inquietante sobre la naturaleza humana. Nos muestra que, bajo ciertas circunstancias, somos capaces de renunciar a nuestras convicciones morales. Y aunque puede resultar desconcertante, es una lección importante que no debemos olvidar.

¡Y eso es todo por hoy, Psicológicos! Espero que hayan disfrutado de este viaje a través del experimento de Milgram. Si les gustó este artículo, no olviden compartirlo en sus redes sociales y regresar para más contenido como este. ¡Hasta la próxima publicación!

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