Diferenciar un ataque de ansiedad de un infarto es difícil, pero es muy importante aprender a distinguirlos porque nuestra propia vida puede llegar a depender de ello. Hoy, en nuestro PSYconoce, vamos a conocer las diferencias entre un infarto y un ataque de ansiedad.
Es muy común que, quienes han sufrido en algún momento de sus vidas una crisis de ansiedad, expliquen después que pensaban que estaban teniendo un infarto e, incluso, que iban a morir.
Un ataque al corazón es la respuesta del organismo a la formación de un coágulo en la arteria coronaria, responsable de asegurar el suministro de sangre y oxígeno al corazón. Este bloqueo provoca unos latidos cardíacos irregulares y la disminución del bombeo del corazón. Los síntomas son: sudoración fría, vómitos, sensación de picazón en el brazo izquierdo, molestias en la mandíbula y, por supuesto, un dolor opresivo en la zona central del pecho.
Un ataque de ansiedad surge ante situaciones que consideramos incapaces de superar o cuando entramos en un bucle de pensamientos catastrofistas. Los síntomas son: palpitaciones, opresión en el pecho, sensación de ahogo, escalofríos, náuseas, mareos e, incluso, desmayos.
Como se puede ver, los síntomas de un ataque al corazón y ataque de ansiedad se confunden fácilmente. Entonces, ¿Cómo puedo saber si estoy sufriendo un ataque de ansiedad o un infarto?
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Vamos a analizar los síntomas comparativamente:
-El primer síntoma en común: el dolor en el pecho. Si es un infarto, tendremos sensación de opresión, pesadez o malestar muy intenso. Sin embargo, si es un ataque de ansiedad, sentiremos pinchazos en lugares cercanos al corazón y también podemos llegar a sentir una ligera opresión.
-Diferenciemos ahora la localización de los dolores. Si es un infarto, el dolor estará situado por detrás de nuestro esternón, de manera difusa e irradiando hacia el brazo izquierdo, hombros, cuello e incluso mandíbula. Si es ansiedad, el dolor se localizará en un punto concreto y no difuso, como ocurre en el infarto, estando situado este dolor no debajo del esternón si no en la parte muscular debajo de las mamas.
-Otros síntomas que podemos encontrar en el infarto son una sudoración intensa, náuseas, dolor en la boca del estómago, sensación de quemazón en el pecho, falta de aire o pérdida de conocimiento. La sudoración, náuseas y dolor en boca del estómago podríamos encontrarlos en la ansiedad también aunque de forma más leve.
-Los síntomas más característicos de la ansiedad son los temblores y la parestesia en los dedos de las manos. La parestesia es lo que comúnmente llamamos hormigueo.
También podemos intuir que lo que estamos padeciendo es un ataque de ansiedad si existe alguna circunstancia antecesora al episodio de crisis de ansiedad. Por ejemplo: un despido laboral, ruptura sentimental o cualquier otro problema que sea relevante para nosotros.
Una sencilla prueba que nos ayuda a identificar un ataque de ansiedad es realizar unas respiraciones profundas diafragmáticas. Si los síntomas desaparecen o se reducen de manera notable estamos muy cerca de afirmar que es una crisis de ansiedad y no un infarto.
Aún así, no conviene especular, si tienes una mínima sospecha de que estás sufriendo un infarto de miocardio, acude inmediatamente al servicio de urgencias médicas más cercano.
Si habéis vivido esta experiencia, por favor, contádnoslo en los comentarios de este vídeo para que juntos podamos ampliar la información todo lo posible.
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Y hasta aquí este blog, si te has quedado con ganas de más, te recomendamos ver el vídeo de este Blog que publicamos en YouTube 🙂
