¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas parecen mantenerse en forma con poco esfuerzo, mientras que otras luchan constantemente por controlar el peso corporal, independientemente de lo que hagan? La respuesta podría estar no solo en lo que comemos o cuánto nos movemos, sino también en cómo nuestros cuerpos están programados para regular el peso. En este artículo, desentrañaremos el misterio del control del peso corporal, explorando teorías científicas y ofreciendo consejos basados en la evidencia para ayudarte a alcanzar y mantener un peso saludable.
¿Qué es la Teoría del Punto de Ajuste?
Para entender la dificultad de el Control del peso corporal, primero debemos entender la teoría del punto de ajuste. Esta teoría sugiere que nuestro cuerpo tiene un peso predeterminado, controlado por un mecanismo biológico interno que regula nuestro apetito y metabolismo para mantener ese peso. Según esta teoría, si ganamos o perdemos peso, el cuerpo realiza ajustes para volver a su punto de ajuste original.
Supuestos del Punto de Ajuste
Al inicio de nuestro artículo, es crucial comprender el concepto del supuesto del punto de ajuste en relación con la regulación del apetito y el peso corporal. Comúnmente, se cree que el impulso de comer surge de una necesidad energética, donde la alimentación sirve para reponer los niveles energéticos hasta alcanzar un óptimo conocido como el punto de ajuste energético. Este proceso se ilustra claramente en la teoría del punto de ajuste, que sugiere que tras consumir alimentos, los niveles de energía de una persona se aproximan a este punto óptimo y decrecen a medida que se utiliza la energía en funciones fisiológicas, impulsando nuevamente el deseo de comer cuando estos niveles caen significativamente.
Este ciclo de hambre y saciedad opera de manera similar a un sistema de calefacción controlado por termostato, donde el calor se regula para mantener la temperatura ambiente en un punto fijo. En este sistema, tres componentes esenciales interactúan: el punto de ajuste (el termostato), el mecanismo detector (el termómetro) y el mecanismo de acción (el radiador), todos funcionando como un sistema de retroalimentación negativa para preservar un estado constante, u homeostasis, esencial para nuestra supervivencia.
A lo largo de las décadas de 1940 y 1950, se desarrollaron teorías, como las glucostáticas y lipostáticas, bajo la premisa de que la ingesta de alimentos está regulada por sistemas de punto de ajuste que buscan mantener niveles óptimos de glucosa y grasa corporal, respectivamente. Estas teorías se consideran complementarias, abordando tanto la regulación inmediata de la ingesta de alimentos como el control a largo plazo del peso corporal. A pesar de su simplicidad inicial, estas teorías fundamentales siguen siendo relevantes en la discusión contemporánea sobre nutrición y salud, aunque ahora comprendemos que la realidad del control del apetito y el peso es mucho más compleja y está influenciada por una amplia gama de factores internos y externos.
La Teoría del punto de Equilibrio
La teoría del punto de equilibrio presenta una perspectiva más dinámica y adaptable sobre la regulación del peso corporal, contrastando significativamente con la teoría del punto de ajuste. A diferencia de la teoría del punto de ajuste, que propone que el cuerpo se esfuerza por mantener un peso específico predeterminado, activando mecanismos compensatorios ante cualquier desviación, el modelo del punto de equilibrio sugiere que nuestro peso es el resultado de un balance continuo entre la ingesta de energía y su gasto.
Este enfoque acepta la influencia de factores externos (como la disponibilidad de alimentos y el nivel de actividad física) y internos (como el metabolismo y la genética) en nuestro peso, permitiendo que el cuerpo se adapte a nuevas condiciones y alcance un estado de equilibrio dinámico. En lugar de aferrarse a un peso inamovible, el punto de equilibrio admite una regulación más flexible y sensible a cambios, proporcionando una explicación más coherente con las variaciones de peso que las personas experimentan ante alteraciones en su estilo de vida o entorno.
Esta imagen tomada de Pinnel (2007) nos representa este modelo que parece desafiar al modelo del punto de ajuste:
El Punto de Ajuste en el Control del peso corporal
La teoría del punto de ajuste no explica ciertos fenómenos que ocurren al controlar el peso corporal. Estos hechos que se observan son explicados a continuación:
Hecho 1: Estabilidad del Peso en Animales Adultos
La observación de que el peso corporal de muchos animales adultos se mantiene estable ha llevado a algunos a sugerir que existe un mecanismo de punto de ajuste regulando la grasa corporal. No obstante, esta estabilidad no necesariamente implica la existencia de un punto de ajuste fijo. En la analogía del barril, a medida que se llena de agua, el incremento en el peso del agua incrementa la fuga de agua y reduce su entrada, creando una presión que estabiliza el flujo. Este proceso culmina en un punto de equilibrio, donde el nivel del agua se estabiliza sin estar predeterminado ni activamente mantenido, contradiciendo la noción de un punto de ajuste preestablecido.
Hecho 2: Cambios Sustanciales en el Peso Corporal
Contrario a lo que predice la teoría del punto de ajuste, muchos adultos experimentan cambios significativos y duraderos en su peso, lo que cuestiona la capacidad de un mecanismo de ajuste para mantener la constancia interna ante variaciones ambientales. El modelo del punto de equilibrio, sin embargo, anticipa que cualquier cambio persistente en factores externos, como un aumento en la atracción hacia alimentos disponibles, desplazaría el peso hacia un nuevo equilibrio.
Hecho 3: Metabolismo y Cambios en la Ingesta de Alimentos
La reducción en la ingesta de alimentos y los subsiguientes cambios metabólicos, que llevan a la pérdida de peso (y viceversa con el aumento de la ingesta), a menudo se citan como evidencia de un mecanismo de ajuste. Sin embargo, estos cambios metabólicos, que simplemente limitan variaciones adicionales en el peso más que revertir los cambios ya ocurridos, se alinean más estrechamente con el concepto de punto de equilibrio. En nuestra analogía, la reducción del flujo de agua hacia el barril reduce su nivel, pero el sistema se estabiliza en un nuevo equilibrio, moderado por ajustes en la fuga y entrada de agua, lo que limita la pérdida neta de agua.
Hecho 4: Recuperación del Peso tras Pérdidas Significativas
La tendencia a recuperar peso después de pérdidas significativas, a menudo vista como prueba de un punto de ajuste, es explicada de manera más coherente por el modelo del punto de equilibrio. En nuestro ejemplo, la extracción de agua del barril (representando pérdida de peso por dieta, ejercicio, o cirugía) resulta en una disminución temporal que es revertida una vez las condiciones originales se restauran, llevando el sistema de vuelta a su equilibrio anterior sin implicar un ajuste activo hacia un nivel predefinido de peso.
Estos cuatro hechos demuestran la aplicabilidad y la relevancia del modelo del punto de equilibrio en la comprensión de la regulación del peso corporal, ofreciendo una perspectiva más flexible y adaptativa que la proporcionada por la teoría del punto de ajuste. Esta visión no solo es más acorde con las observaciones empíricas sino que también ofrece una base más sólida para el desarrollo de estrategias efectivas de manejo del peso.
Críticas al Modelo del Punto de Ajuste
El modelo del punto de ajuste sugiere que nuestros cuerpos están programados para mantener un peso específico, ajustando automáticamente el apetito y el metabolismo para alcanzar este equilibrio. Sin embargo, esta teoría ha demostrado ser insuficiente para explicar la variabilidad del peso corporal y la adaptación a los entornos modernos, que a menudo promueven la obesidad y hábitos alimentarios poco saludables. A pesar de la lógica intuitiva detrás de este modelo, la realidad de la epidemia de obesidad y la capacidad de muchos para resistir el impulso de comer sugieren que otros mecanismos están en juego.
El Punto de Equilibrio: Una Alternativa Más Realista
Frente a las limitaciones del modelo de punto de ajuste, el modelo del punto de equilibrio ofrece una perspectiva más flexible y adaptativa. Este enfoque reconoce que el peso corporal es el resultado de un equilibrio dinámico entre la ingesta y el gasto de energía, afectado tanto por factores biológicos como por el entorno. En este modelo, el cuerpo no busca volver a un peso preestablecido, sino que se adapta a las condiciones actuales, buscando un nuevo equilibrio cuando cambian los factores externos o internos.
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Evidencia de la Flexibilidad en el Control del Peso Corporal
La evidencia de la restricción calórica y su impacto en la salud y longevidad, como se observa en estudios con animales y en poblaciones humanas como la de Okinawa, respalda la idea de que el control del peso puede ser más flexible de lo que se pensaba. Estos hallazgos cuestionan la noción de un punto de ajuste fijo para la grasa corporal y sugieren que el cuerpo puede operar dentro de un rango más amplio de equilibrios saludables.
Conclusión
La distinción entre el punto de ajuste y el punto de equilibrio nos lleva a reconsiderar cómo abordamos la regulación del peso corporal. La comprensión de que nuestro peso es el resultado de un equilibrio dinámico, más que de un objetivo fijo, abre nuevas vías para abordar la salud y el bienestar. Adaptar nuestros hábitos y entornos para fomentar un equilibrio saludable, en lugar de perseguir un número específico en la báscula, puede ser la clave para una gestión del peso más efectiva y sostenible.
Al reflexionar sobre estos conceptos, queda claro que el control del peso es un proceso complejo influenciado por una multitud de factores. Reconocer la flexibilidad inherente en cómo nuestro cuerpo regula el peso nos empodera para adoptar enfoques más holísticos y personalizados hacia la nutrición y la actividad física, alineándonos más estrechamente con las necesidades y respuestas individuales de nuestro cuerpo.
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Referencias
- Pinel, J. P. J. (2007). Biopsicología. Madrid: Pearson Educación.
- Rothwell, N. J., & Stock, M. J. (1981). The energy balance of diet-induced obesity. International Journal of Obesity.
- Speakman, J. R., & Levitsky, D. A. (2011). An overview of the determinants of daily energy expenditure and energy intake in humans and other animals. Endocrine Reviews.
- Weindruch, R., & Walford, R. L. (1988). The Retardation of Aging and Disease by Dietary Restriction. Charles C. Thomas.
- Woods, S. C., & D’Alessio, D. A. (2008). Central control of body weight and appetite. Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.